Entrevistas con Agallas | Jorge Coira

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Jorge Coira retratado por  Araceli Gonda

 Jorge Coira nace en 1971 y es de Rábade, Lugo. Es director, montador y guionista de cine y televisión.

En televisión ha trabajado en series estatales, como El Comisario, y para la Televisión de Galicia (TVG), entre las que destacan As leis de Celavella, Padre casares o Luci, una de las primeras series vendidas a EE.UU.

Entre sus trabajos como director de cine destacan El año de la garrapata, 18 comidas y el documental Terra de Breoghán de Luar na Lubre. Acaba de recibir el Premio Goya 2016 a Mejor Montaje por El Desconocido de Dani de la Torre.

A partir de hoy forma parte de la iniciativa Entrevistas con Agallas.

Me cuesta decir de mí mismo que soy feminista.

¿Te consideras feminista?

– Supongo que sí… o no… no sé. Me cuesta pensar en mí mismo en esos términos, porque me genera una cierta sensación de intrusismo. Lo veo como una lucha histórica de muchas mujeres que arriesgaron y sufrieron mucho (y que siguen arriesgando y sufriendo a día de hoy), a la que me apunto desde la comodidad del sofá; sin ser parte real de ese sufrimiento ni de ese riesgo. Por eso me cuesta decir de mí mismo que soy feminista. Pero sí es cierto que comparto ideológicamente todos los postulados del feminismo y que creo que se trata de una lucha -a la que le queda mucho recorrido- que no es exclusiva de las mujeres, sino que necesita de la participación de toda la sociedad para superar una aberración histórica.

Al ser hombre, nunca he tenido que luchar contra ningún prejuicio por el hecho de querer hacer cine.

¿En qué aspectos crees a nivel personal que te ha afectado el patriarcado de forma positiva? ¿En qué ha sido una ventaja?

– No lo sé… Supongo que una ventaja muy obvia es el hecho de que, al ser hombre, nunca he tenido que luchar contra ningún prejuicio por el hecho de querer hacer cine. Nadie me preguntó jamás «¿y cómo se te ocurrió dedicarte a esto siendo hombre?» o «¿es más difícil para ti pensar en hacer cine siendo hombre?» Suena a broma, pero no conozco a ninguna directora a la que no le hayan hecho este tipo de preguntas mil veces.

¿Y de qué forma crees que te ha afectado negativamente? ¿En qué te ha perjudicado a lo largo de tu vida?

– No se me ocurre ahora… Más allá de haber vivido multitud de situaciones que me parecen injustas en las que no era yo la víctima, sino personas a las que quiero y que me importan. Bueno, y el hecho de que estoy convencido de que si el arte, el entorno empresarial y el entorno de la política (por poner sólo tres ejemplos) estuviesen protagonizados por hombre y mujeres de forma igualitaria, el mundo sería un lugar mucho más habitable para todos (y por lo tanto, para mí también).

¿Has sido siempre una persona feminista? En caso negativo, cuándo fuiste consciente de la necesidad de tener un punto de vista más feminista. ¿Qué hecho activó este nuevo modo de entender la vida?

– No tengo la sensación de haber vivido una gran evolución en ese sentido, la verdad. Sí que es cierto que ahora, de adulto, tengo una conciencia mucho mayor de la presencia abrumadora de actitudes machistas en la sociedad que la que tenía de adolescente; pero es algo muy paulatino. Desde niño me educaron en una visión bastante igualitaria entre hombres y mujeres (supongo que el hecho de que mi madre fuese a la universidad en los años 50 tuvo mucho que ver), de forma que en realidad, no hubo tanto un cambio de mirada como una profundización en algo que ya desde niño vas percibiendo.

El machismo […] es una forma de ver la vida -extremadamente convencional y conservadora- que impregna a toda la sociedad.

¿Existe en tu entorno alguna/s persona/s que te ayudaran a entender mejor la concepción feminista? ¿O ha sido una “revelación” meramente personal e individual?

– Lo único que recuerdo como algo parecido a una revelación, es una pequeña anécdota que me ocurrió hace muchos años. Fue un día, cuando yo era un adolescente, en el que vino de visita una amiga de mis padres y le pareció fatal verme fregando los platos. Eso era cosa de mujeres, según ella. Pero lo que más me chocó de aquella situación no fue el comentario en sí (en los años ochenta, eso no era demasiado raro), sino que venía de una mujer a la que yo quería muchísimo. Era una mujer muy alegre, una luchadora bestial que había sacado adelante a sus hijos después de escapar de su marido, que había sufrido muchísimo en la vida y que, a pesar de todo, tenía una actitud y una fuerza admirables… pero tenía grabado a fuego que las tareas de la casa eran cosa de mujeres y creo que necesitaba aferrarse a ese tipo de ideas para que su mundo no se derrumbase. Ese momento me hizo consciente de que el machismo no es cosa simplemente de unos hombres monstruosos que marginan a las mujeres, sino que es una forma de ver la vida -extremadamente convencional y conservadora- que impregna a toda la sociedad.

¿Con qué premisas del patriarcado eres una persona más crítica? ¿Cuáles son las que más rechazas?

– Basicamente me chirría todo aquello que parte de una diferenciación a priori entre hombres y mujeres; como un todo, no como una colectividad de personas en las que el hecho de ser hombre o mujer es sólo una de las innumerables cualidades que nos definen. Y sobre todo, cuando se percibe un cierto tono de superioridad. Esa idea casi tribal de lo masculino me resulta muy ajena y me produce un enorme rechazo.

¿Qué hábitos o costumbres has cambiado o intentas cambiar para apoyar un mundo más igualitario? ¿Es una tarea sencilla o se hace ardua?

– No me doy cuenta de nada concreto que haya cambiado a conciencia, creo… Intento ver a todas las personas de la forma más «desprejuiciada» posible. Bueno, de haber algo consciente, quizá lo más claro es que, en los entornos laborales en los que me muevo (equipos de rodaje, asociaciones profesionales etc.), intento que, en la medida en que está en mi mano, haya una proporción sensata de mujeres y de hombres. Me importa que haya equilibrio en ese sentido.

¿Hay aspectos que no entiendas del feminismo o, actitudes que no acabes de entender que te provoquen cierta aversión o incomprensión?

– De nuevo, no soy consciente de que haya nada en ese sentido. Las únicas actitudes que me producen aversión y que pueden tener que ver con esto -en la medida en que hablan de las relaciones entre hombres y mujeres-, son las que nacen del desprecio hacia el otro. Me repugna por igual ver a un hombre que desprecia a las mujeres o a una mujer que desprecia a los hombres. Tanto si se hace desde la cabreo, como si se hace desde el cachondeo. Pero creo que en realidad están muy lejos de ser «aspectos del feminismo» y que tiene mucho más que ver con la mala leche, que es algo compartido por muchos seres humanos independientemente de su sexo.

¿Consideras que tu obra y/o profesión es feminista, es decir, que no apoye el discurso del patriarcado y, en consecuencia, no discrimine a la mujer?

– Por el lado positivo, creo que en mi profesión hay un ambiente mucho menos carca que el que percibo en otros negocios (aunque quizá sea una visión distorsionada de la realidad y sólo sea cosa de la gente con la que más me relaciono). Por el lado negativo, sí es cierto que tengo tendencia a pensar en historias protagonizadas por hombres (lo que no ayuda a equilibrar las cosas) y que, a veces, trabajando en series de televisión en las que tengo menos control sobre el contenido del que me gustaría, he rodado historias que me parecía que, sin ser brutalmente machistas, sí destilaban una cierta visión con la que yo no estaba de acuerdo.

¿Cómo ha afectado la búsqueda de la igualdad en tu obra o profesión? Cómo ha evolucionado tu mirada feminista y cómo se ha plasmado en tu trabajo.

– Creo que es una mirada que, poco a poco, va ganando terreno en todo lo que voy haciendo. Y el hecho de compartir mi vida con una mujer que escribe guiones (con un talento bestial, por cierto), hace que ese aspecto sea algo que comentamos con frecuencia al afrontar cualquier historia en común.

La primera película de Iciar Bolláin, «Hola, ¿estás sola?». La recuerdo como una revelación total. La vi en el cine cuando se estrenó y por primera vez en mi vida con una película española, tuve la clara sensación de «esto es lo que me gustaría hacer a mí».

¿Qué mujeres has admirado a lo largo de tu vida, tanto en el plano familiar, personal como profesional?

– En el plano personal, hay muchas mujeres que forman una parte importante de mi vida y a las que admiro con pasión; desde mi madre hasta mi mujer, pasando por mis hermanas y por muchas de mis amigas. Y en el plano profesional, aunque en el mundo de la dirección de cine hay muchos más hombres que mujeres, sí que hay una buena cantidad de directoras que me parecen maravillosas y que me emocionan hasta la médula: en Galicia, una de las películas que más me gustó, fue Tralas Luces de Sandra Sánchez; en España, Iciar Bollaín e Isabel Coixet me parecen unas creadoras de un talento apabullante. Y a nivel internacional, las últimas películas de Kathryn Bigelow me entusiasman… o todo el cine de Sophia Coppola, o de Julie Delpy… los documentales de Agnes Varda, Chantal Akerman

Por último y como este blog está relacionado con el cine, puedes recomendar a alguna cineasta u obra audiovisual realizada por una mujer que te haya gustado realmente y te hubiera aportado algo a nivel personal.

– Todas las que he nombrado antes me entusiasman, pero en caso de nombrar una que me marcase especialmente, quizá sea la primera película de Iciar Bolláin, Hola, ¿estás sola?. La recuerdo como una revelación total. La vi en el cine cuando se estrenó y por primera vez en mi vida con una película española, tuve la clara sensación de «esto es lo que me gustaría hacer a mí». Era una película de una sencillez y de una honestidad brutal en la que se mezclaban tonos de drama y comedia con madurez y con frescura. Una gozada.

Graciñas por todo, Jorge.


Dicen que es humilde, honesto y cercano. Solidario.

Cineasta autodidacta. Tiene acento de cine independiente, popular y de vanguardias.

Degusta el montaje y gusta de la comida. Fotograma arriba, cucharada abajo.

Destila cine etnográfico galego.

No se le escapa improvisar, el teatro, ni el videoarte.

Le gusta la creatividad. Preside CREA.

Experimenta. Hace planos secuencia musicales con gallinas y un astronauta en pueblos  gallegos.

Le llaman Jorge.

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