
Natalia Martínez Perez es licenciada en Comunicación Audiovisual y Doctora Internacional por la Universidad Carlos III de Madrid, donde ejerce como docente en el departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual.
Sus líneas de investigación son la historia de la televisión de España, la ficción televisiva y los estudios de género. Pertenece al grupo de investigación Televisión y Cine: Memoria, Representación e Industria (TECMERIN). Junto a Concepción Cascajosa, es autora del libro «Mujeres en el aire: haciendo televisión» (2015). La versión digital puede descargarse gratuitamenteen el siguiente link: https://e-archivo.uc3m.es/bitstream/handle/10016/22098/mujeres_TECMERIN_6_2015.pdf
[…] Lo que vivimos aquí y ahora es un patriarcado de consentimiento, siguiendo la definición de Puleo, donde las desigualdades son a priori más difíciles de identificar.
¿Te consideras feminista?
– Sí, por supuesto.
¿En qué aspectos crees, a nivel personal, que te ha afectado el patriarcado de forma positiva? ¿En qué ha sido una ventaja?
– Es el sistema de organización en el que vivimos, en el que nos socializamos. No encuentro ninguna forma en que me haya afectado de forma positiva ni tampoco ventajas. Al contrario, es muy difícil vivir fuera de sus mandatos.
¿Y de qué forma crees que te ha afectado negativamente? ¿En qué te ha perjudicado a lo largo de tu vida?
– He tenido el privilegio de nacer en España cuando ya había una democracia asentada, así que lo que vivimos aquí y ahora es un patriarcado de consentimiento, siguiendo la definición de Puleo, donde las desigualdades son a priori más difíciles de identificar. Supongo que a medida que pasan los años, eres más consciente de las diferencias y los roles. Por la edad que tengo, y también lo veo a nivel generacional con mis amigas, ahora soy más consciente y más activista en los temas de salud vinculados a las mujeres, por ejemplo la violencia obstétrica.
¿Has sido siempre una persona feminista? En caso negativo, cuándo fuiste consciente de la necesidad de tener un punto de vista más feminista. ¿Qué hecho activó este nuevo modo de entender la vida?
– Creo que esos valores siempre han estado ahí desde la infancia porque he crecido en un entorno de mujeres con conciencia feminista aunque no a nivel teórico. A nivel educativo creo recordar que fue en primero de bachillerato cuando una profesora de filosofía nos explicó qué era ser feminista y nos habló del aborto. Aun lo recuerdo como un momento de revelación, muy emocionante. Desde entonces tuve muy claro que ese camino político debía ser una guía en mi vida, pero como es un camino de aprendizaje, hasta que no llegué a la universidad y empecé a leer, asistir a cursos, seminarios, congresos… no fui completando la formación. Aun así, es un aprendizaje constante y también es cuestionar absoluta y continuamente todo lo que te rodea.
Llega un momento en el que puede que renuncies a tener en tu vida a determinadas personas por la intolerancia o incomprensión del tema.
¿Existe en tu entorno alguna/s persona/s que te ayudaran a entender mejor la concepción feminista? ¿O ha sido una “revelación” meramente personal e individual?
– Claro, como comentaba antes, recuerdo como primer contacto esa profesora de bachillerato y, luego, ya en la universidad, aprender a conceptualizar todo desde el punto de vista académico, con profesoras en algunas asignaturas, después en cursos, seminarios, etc. Se dice que al feminismo se llega por voluntad, implica un esfuerzo, romper esquemas, pues, lamentablemente, aunque intentes enseñar en el aula teoría feminista no todo el alumnado es receptivo. Por otro lado, lo de revelación personal e individual me parece poco probable. Es importante reconocer la labor de las maestras, pedagogas o formadoras que desde los colegios hasta la educación superior intentan introducir la perspectiva de género en las aulas y sensibilizar sobre el tema. Obviamente esa idea de “revelación” la entiendo como aquellas experiencias que todas vivimos y que, después de cuestionarlas con gafas violetas, cobran todo el sentido del mundo.
La gran trampa del patriarcado es dividirnos a las mujeres.
¿Con qué premisas del patriarcado eres una persona más crítica? ¿Cuáles son las que más rechazas?
– Con la violencia de género, con la que mata y mutila, la física, y la psicológica. La violencia de género en todas sus formas.
¿Qué hábitos o costumbres has cambiado o intentas cambiar para apoyar un mundo más igualitario? ¿Es una tarea sencilla o se hace ardua?
– Como docente, educar en teoría feminista, introducir la perspectiva de género en las asignaturas y también en mis tareas de investigación. A nivel personal, entre la familia y amistades es un tema recurrente, también en las tareas cotidianas. Es duro porque tiene un coste personal. Llega un momento en el que puede que renuncies a tener en tu vida a determinadas personas por la intolerancia o incomprensión del tema. Quiero ser optimista y pensar que esto no ocurre tanto, y que hay mayor sensibilidad y conciencia social, por mucho que salgan autobuses de Hazte Oír burlándose de la violencia de género.
Desde 2004 los planes de estudio exigen introducir la teoría de género y la epistemología feminista en la formación universitaria
¿Hay aspectos que no entiendas del feminismo o, actitudes que no acabes de entender que te provoquen cierta aversión o incomprensión?
– Me da lástima ver que en la actualidad el feminismo sea el paraguas de diferentes luchas que al final terminan por desactivar el movimiento o hacerlo críptico. Me duele que el feminismo se divida en distintas corrientes que se posicionan como contrarias y generen debates irreconciliables, pues precisamente la gran trampa del patriarcado es dividirnos a las mujeres.
¿Consideras que tu obra y/o profesión es feminista, es decir, que no apoye el discurso del patriarcado y, en consecuencia, no discrimine a la mujer?
– Sí, incluida mi tesis doctoral, todas mis publicaciones siempre han tenido perspectiva de género. También a nivel docente la incorporo, no obstante, esto no debería ser una anomalía, ya que desde 2004 los planes de estudio exigen introducir la teoría de género y la epistemología feminista en la formación universitaria.
¿Cómo ha afectado la búsqueda de la igualdad en tu obra o profesión? Cómo ha evolucionado tu mirada feminista y cómo se ha plasmado en tu trabajo.
– Tengo el privilegio de poder trabajar en el ámbito académico y, en concreto, en el área de Ciencias Sociales y Humanidades que es un ámbito donde puede tener mejor acogida. Esta profesión me permite enseñar e investigar, lo que considero un lujo, en mi caso sobre medios de comunicación con perspectiva de género.
¿Qué mujeres has admirado a lo largo de tu vida, tanto en el plano familiar, personal como profesional?
– Aunque parezca tópico, a las mujeres de mi familia, mi madre, mi abuela, mis primas y tías, somos muy piña. También mis amigas, la familia elegida, ¿no? ¡qué voy a decir! A mis amigas las admiro y las quiero, no podría vivir sin ellas. Además, muchas nos conocimos durante la carrera, por lo que, en ocasiones, coincidimos en el ámbito profesional y eso es maravilloso, un subidón. En cuanto al ámbito profesional, admiro a mis profesoras, a mis mentoras, desde que era estudiante de licenciatura. Más allá de la sororidad, es lo que las feministas denominan “affidamento”, reconocer la autoridad de tus maestras. He tenido el privilegio de aprender de grandes docentes que además son referentes en el campo, como mi directora de tesis, Concepción Cascajosa, así como de Carmen Ciller, Isabel Menéndez, Marta Fernández, entre muchas otras. Además de darme la oportunidad de trabajar y de enseñarme tanto, en el aula siempre se encargaron de colocarnos las gafas violetas y, claro, eso te cambia la vida, la forma de ver la realidad para siempre.
Por último y como este blog está relacionado con el cine, puedes recomendar a alguna cineasta u obra audiovisual realizada por una mujer que te haya gustado realmente y te hubiera aportado algo a nivel personal.
– Pues mira, recientemente por cuestiones de investigación, he visionado la obra de la joven mexicana Yulene Olaizola, que es una maravilla. En cuestiones de género, su ópera prima, Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo, que ya tiene diez años, me parece muy interesante, es una entrevista a su abuela en su casa y, entre otros temas, se aborda la violencia de género, un documental que trabaja a diferentes niveles, todo tan bien hilado…
Graciñas por tus aportaciones y tu tiempo.